Lo de escribir rol es algo que hago muy de vez en cuando, en cierto modo para aplacar mi mono rolero, o cuando tengo algo de subidon después de haber echado una partida o montado unas jornadas. En realidad ahora mismo tengo dos proyectos rondando que van y vienen.
Los Secretos de Tesla fue un pequeño desafió personal, desarrollar un juego en una semana, aprovechando el Rolero de Hierro como desafió personal. Llevaba mucho tiempo con una idea para el sistema, originalmente pensado para Rol en vivo, pero lo desarrolle un poco más adaptándolo al rol de mesa tradicional. Ahora mismo tengo a medias una revisión cambiando la maquetacion y añadiendo material nuevo e ilustraciones para hacer una versión impresa en condiciones. Y espero poder echar unas cuantas partidas antes de terminarlo para ver si realmente funciona.
Por otro lado tengo La Vieja Guardia. La Vieja Guardia tiene un par de orígenes diferentes. Por un lado esta la ciudad, Espolón, que nace de un resumen de ideas que escribí hace unos años en la sala de espera de un centro de salud. Acababa de pillarme el D&D 3 edición, recién sacado de fabrica, y comencé a considerar la posibilidad de montar una partida con el. Aquellas notas se quedaron en el limbo, junto con mi interés por jugar al D&D, que desaparecieron del todo cuando unos meses más tarde AEG publico la primera edición de Spycraft
La otra parte nació cuando FantasyCraft estaba próximo a convertirse en una realidad tangible. Durante años Spycraft fue mi juego "de cabecera" y con el tiempo se fueron desarrollando varios proyectos, como la versión 2.0, totalmente remozada y con un nuevo enfoque, y más adelante lo que en principio iba a ser un suplemento pero que se acabo convirtiendo en un juego por si mismo. Comencé a pensar en que podría hacer para aprovechar el nuevo juego, y se me ocurrió una partida en la que los jugadores eran viejos aventureros retirados que vuelven a las andanzas cuando un viejo enemigo vuelve a aparecer. La idea era jugar una serie de partidas alternando entre el presente y el pasado. Pero claro, al final FC no salio tan pronto como lo esperaba y la cosa volvió a quedar en el tintero, tomando forma de relato corto que fui escribiendo a ratos.
Así que cuando por fin salio el juego, tras múltiples retrasos, me puse a mirar de nuevo, y me di cuenta de que podía mezclar ambas ideas, y sacar algo nuevo. La Vieja Guardia se convirtieron en secundarios, y dieron paso a las aventuras de una nueva Guardia, además esta vez en sentido literal. Encontré a un grupo de juego y comenzamos a jugar, usando la trama que había desarrollado en el relato como fondo inicial para la campaña.
Aproveche el empujón que representaba tener una partida semi-regular para apuntarme al Taller de Escritura Rolera que Pedro J. Ramos organizo en su blog Veinticinco y comencé a desarrollar más en serio el proyecto. Sin embargo, la partida se vio interrumpida, la vida se metió por medio y con el tiempo perdí el impulso inicial, al verme implicado en otras cosas que requerían mi atención más urgentemente.
Ahora, con las ReQ recientes, vuelvo a tener gusanillo de jugar y de escribir un poco de rol, así que vamos a intentar aprovecharlo. Una de las cosas de las que me he dado cuenta es de que el proyecto según lo enfocaba en el Taller no tenia mucho futuro. El planteamiento inicial era muy ambicioso y a decir verdad, algo aburrido de escribir. Comencé a verlo como un libro de ambientación, donde desarrollar la ciudad y sus habitantes y sus peculiaridades, pero perdí de vista la trama de la campaña y todo lo que ello conllevaba. Intente cuadrar cosas que ya tenia desarrolladas en ese esquema, y no sabia muy bien por donde continuar, o por donde ponerme a escribir en serio. Aunque cree un Índice en la primera entrega del Taller para guiarme después, la verdad es que lo fui cambiando y mareando intentando encontrar una manera de que me funcionara.
Y llegamos a la actualidad. El monazo que tengo de jugar, más el hecho de que como viene siendo habitual me fue imposible hacerlo en las ReQ, más que me han pedido que monte una partida a unos novatos me ha hecho volver a revisar la ambientación y el proyecto, y de pronto me he dado cuenta de porque no me funcionaba.
Lo que me gustaba de La Vieja Guardia es la historia de los personajes, de los originales. La historia del Comandante de la Guardia, de su amistad con el Rey, y de algún personaje más que iban a ir apareciendo poco a poco a lo largo de la campaña. Toda esa historia se había convertido en trasfondo, y las aventuras en las que se iban a convertir se habían transformado en apuntes y guiás resumidas. Y dándoles vueltas a esto me di cuenta de que me había equivocado gravemente con el enfoque. ¡Lo que quería escribir no era un libro de ambientación, sino un libro de campaña!. Y eso me daba la clave que me hacia falta para saber como atacar el libro de manera concreta.
Estos dos últimos dos días he estado desarrollando un índice/regleta de lo que debo llegar a escribir. Tenia 4 partidas pensadas para la campaña que estaba jugando con mi grupo de juego, cada una de ellas revelando algo concreto de la trama principal. Mi idea era confeccionar una campaña con 12 aventuras, enfocándolo como si se tratara de una serie de televisión, e ir dando pistas durante cada "episodio" de la trama general, así que me he puesto y he rellenado los huecos. Al crear las premisas de cada una de las aventuras, he visto elementos de unas que pueden funcionar en otras, y la ambientación ha ido creciendo rápidamente a raíz de eso. Cosas que tenia un poco desubicadas han encontrado su lugar, y subtramás nuevas han aparecido en los rincones más insospechados.
No es algo que vaya a terminar de un día para otro, pero al menos ahora siento que se a donde voy. Se lo que quiero escribir, y lo he dividido en trozos asequibles y realizables. Ya no tengo un índice numerando conceptos "que no pueden faltar" en un libro de ambientación Ahora tengo una historia que se va desgranando poco a poco, y sobre la que puedo trabajar.
Ya os iré contando más...
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